miércoles, 28 de diciembre de 2011

La vie en rose plastique


Ya vienen los Reyes Magos / ya vienen los Reyes Magos / caminito de Belén /Olé, olé, Holanda y olé / Holanda ya se ve / ya se ve, ya se ve… Y es que son éstas fechas tan señaladas que aquí en Coincidencias Trastornadas no podemos dejar de recordarlas. ¿Ya todo el mundo sabe lo que va a pedir a los Reyes este año que está por venir de manera inminente? ¿O es que la memoria de esos dos barbudos + negro del África menos tropical ha sido fagocitada por el orondo habitante del Ártico vestido de rojo –Coca-Cola© mediante– y su trineo tirado por renos voladores, y ya nadie espera nada de magos tan majos? Pues para todos aquellos que mantienen esta tradición y andan aún dubitativos no podemos dejar de recomendarles el que ha sido durante décadas (y lo que te rondaré, morena) uno de los caprichos más requeridos para ser descubiertos bajo el árbol de Navidad en la madrugada del 6 de enero: la muñeca Barbie© de Mattel©.
Barbie© es al mundo del juguete lo que el Ford-T al del automóvil: un clásico. Desde su nacimiento allá por 1959, Barbie© no ha dejado de conquistar los corazones de millones de fans y admiradores por todo el ancho mundo, y ha ido adaptándose a los gustos y maneras de los nuevos tiempos. Debe su nombre en diminutivo a la hija de su creadora, Ruth Handler, que, observándola mientras jugaba, notó que su pequeña Barbara Millicent otorgaba a sus muñequitas de papel roles de mujeres adultas, y convenció a su marido Elliot, cofundador de Mattel, de crear una muñeca de formas post-púberes frente al prototipo de muñequita infantil tradicional imperante en el mercado. El resultado es por todos conocido. Desde entonces, la carrera de esta inefable muñeca la ha llevado a tener amigos de todo tipo de culturas, practicar más de 70 profesiones, vivir en grandes mansiones en rose, cepillar las níveas melenas de caballos blancos, esquiar con su eterno novio Ken, lucir un vasto ropero entre el que se cuentan piezas diseñadas expresamente para ella por Calvin Klein o Diane von Fürstenberg entre otros, protagonizar clásicos infantiles en 3D con ella misma como única diva del producto, o bien formar parte del inolvidable reparto de toda una peli oscarizada: Toy Story 3. Y hubo que esperar hasta la tres para verla con sus amiguitos Buzz y Woody, ya que en su casa, Mattel, se mostraron reticentes a que participara en la primera y revolucionaria entrega de la saga.
Y es que la carrera de esta amiga de millones de niños (y muchos más adultos) no ha estado exenta de polémicas. La más llamativa tuvo que ver con su increíble figura, que algunos consideraron un referente que inducía a las niñas al camino de la anorexia, pues su cintura era extraordinariamente delgada con respecto a pecho y caderas. Si a eso añadimos que durante años tuvo como complemento un libro de título Cómo perder peso, y que en una versión hablada la propia Barbie© se mostraba entusiasmada con las compras y reticente a estudiar, no es pues de extrañar que el peso de la corrección política cayera sobre nuestra rubia más universal.
Jessica tomando nota
De todas formas, es innegable que Barbie© es un gran icono cultural. Y ello la ha llevado a ser un modelo estético para muchas mujeres. No deja de ser asombroso el parecido que guarda mega-Barbie© con otras compañeras de la farándula como Paris Hilton, Loni Anderson o su co-star en esta entrada, Jessica Simpson. La Simpson, sin ningún parentesco con Homer o Lisa, es una polifacética artista que, si bien aún no ha alcanzado el mismo número de profesiones que su plastificado coincidente, ha tocado unos cuantos palos. A saber: cantante, diseñadora, actriz, estrella entre 2003 y 2005 de su propio reality show televisivo –estrellato éste compartido con su marido por aquel entonces, el también cantante Nick Lachey, su particular «Ken»–… el potencial de esta cáncer tejana de 31 años no parece tener límites. Jess ha tenido una carrera imparable en la que ha habido de todo. Fue animadora y parte del coro de su instituto; alega que a los 14 añitos muchas discográficas le daban con la puerta en las narices por el tamaño de sus pechos; actuó en la toma de posesión del cargo del ex-presidente George W. Bush; batió a Britney Spears, Mandy Moore y Jessica Biel al conseguir su papel en Dos chalados y muchas curvas; ha estado nominada en varias ocasiones al Razzie a la peor actriz del año, y ha resultado ganadora de varios Teen Choice Awards; fue novia del quarterback de los Dallas Cowboys Tony Romo durante su peor época profesional, lo que llevó al público a pensar en ella como una distracción para el deportista y a tildarla con el sobrenombre de “Yoko Romo”…
Lo mejor de todo es que a esta joven castaña de pelo rubio que desea que el público se enamore de su voz por encima de su figura aún le queda mucha carrera por delante. No sabemos a ciencia cierta si Barbie© ha sido su mayor inspiración. Pero sí que su película favorita es Pretty Woman, que aconseja que el color del sujetador y las bragas siempre combine y que proclama que nunca aparecería desnuda en pantalla aunque fuera un papel digno de Oscar™.
Ya lo decía la canción: Life in plastic, it’s fantastic!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Justin-Doobie-Doo y el Misterio tras las Gafas

Ahora que acaban de coronar a Justin Bieber como el rey del pop (teen-pop, que dicen los entendidos) de la música actual por obra y gracia de los MTV Europe Music Awards, nos viene que ni al pelo señalar el enorme parecido, digno de Coincidencias Trastornadas, entre este joven cantante canadiense y Velma Dinkley, componente de la banda Misterios S.A. (= "muchachos entrometidos" de estética hippie + Gran Danés miedoso), surgida en 1969 en la teleserie de animación Scooby-Doo.

La buena de Velma es considerada como la intelectual del grupo. Sabe interpretar todo tipo de jeroglíficos, y suele ser la responsable de desentrañar la clave del misterio del episodio de turno. Como Sherlock Holmes hiciera con la leyenda del sabueso de los Baskerville, Velma demuestra que la creencia en los fantasmas es producto de los temores más irracionales del ser humano, y que la lógica, la deducción y el sentido común explican siempre la realidad.

Los muchachos de Misterios, S.A. leyendo
el diario íntimo de Justin Bieber
Enfundada en sus sempiternos jersey holgado anaranjado de cuello largo, minifalda plisada y calcetines rodilleros, y calzada con un coqueto par de maryjanes, Velma no ha pasado a la Historia como la más popular de la banda. El carismático Fred, que parece sacado de los Beach Boys; Daphne, pelirroja yeyé con sus medias de color; Shaggy, melenudo y desgreñado hasta extremos perriflauteros, o el propio sabueso asustadizo que da nombre a esta popular serie de la factoría Hanna-Barbera se han ganado mayores simpatías por parte del público. Pero que nadie se lleve a engaño: esta cuatrojos un tanto chicazo y con ínfulas de Doña Perfecta tiene su punto cómico, y éste reside en su facilidad a la hora de perder las gafas, llevándola a equívocos dignos del ibérico Rompetechos.

Por otro lado, la enorme popularidad de la estrella juvenil de la canción es tal que incluso su característico peinado es conocido como el "Bieber", semejante al que lucía Zac Efron en la exitosa trilogía cantarina de la factoría Disney High School Musical, posiblemente el peinado adolescente más influyente en la primera década de este nuestro siglo. Ese flequillo tapifrenti no ha sido lo único que han compartido estos dos jóvenes artistas. También cierto toque asexual en su imagen, asimilándoles a un par de angelotes recién caídos del cielo para delicia de toda abuela/madre/adolescente con aparato que se precie. Punto éste el de la asexualidad perfectamente asumible, desde luego, en la persona de la propia Velma Dinkley, aunque sin los mismos "adorables" resultados.

La meteórica carrera de Justin, auspiciada gracias a unos padres de los que cuelgan en YouTube las grabaciones de sus niños de hasta cuando se meten el dedo en la nariz, continúa en ascenso, y el hecho de que a tan corta edad ya haya estrenado un exitoso documental celebrando sus bondades artísticas da buena prueba de ello. Documental este Never Say Never de, presuntamente (pues no hemos tenido el gusto), alto contenido no apto para sensibles, ya que ha provocado las lágrimas del mismísimo vocalista de los Red Hot Chili Peppers, Anthony Kiedis.

Quizás solo Velma y sus amigos sean capaces de descubrir la razón por que a este muchachote de 17 años aún no le ha cambiado la voz. Y por qué decidió colocarse en un estreno cinematográfico ese par de enormes gafotas à la Dinkley sobre la nariz. ¿Un burdo intento el de este jovezno por resultar enigmático y misterioso? Si fuera el caso, le recomendamos al joven Bieber la lectura del delicioso -como no podía ser de otra forma- cuento de Oscar Wilde "La esfinge sin secreto", en el que el genial autor irlandés hace unas memorables observaciones sobre la diferencia entre el serlo y el pretenderlo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Miss Piggy de Alba (¡y Olé!)


Este par de simpáticas damas de nuestro tiempo, fashion victims o víctimas de su propio sentido de la moda, comparten en las fotos que nos ocupan un gusto peculiar por el look total curly. Cierto es que Miss Piggy ha ido cambiando su imagen con los años, alisando su asilvestrada melena hasta alcanzar una imagen mucho más moderna y actual. Es de adivinar que muchos, familiarizados con la dulce apariencia que suele proyectar esta deliciosa cerdita rubia, se hayan sorprendido ante esta imagen de archivo de sus inicios en el mundo del espectáculo allá por los años 70. Frente a la híper-romántica duquesa de numerosos lances amorosos, a la diva más cerdita de la historia de la TV tan solo se le ha conocido un único amor, que parece eterno: la rana Gustavo (“el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo”). Sin embargo, comparte con la noble más noble del mundo mundial un carácter algo dificilillo en cabreo mode, estado anímico habitual en el caso de la americana.
Piggy y Gustavo en una de sus numerosas
campañas publicitarias
En estas comparaciones trastornadas hallamos también una destacada afición al arte. Miss Piggy no ceja en su lucha por convertirse en la mayor estrella del mass media desde su programa, Los Teleñecos, con la vista puesta en el Hollywood más sofisticado y glamuroso. El carácter bohemio de la duquesa de Alba (y de Arjona), en cambio, le ha conducido a ámbitos artísticos algo más modestos, llegando a convertirse en sus ratos libres en una elegante bailaora de flamenco y pintora de cuadros resultones, por no hablar de la impagable pinacoteca de la Casa de la que ella es rizosa cabeza. Y hablando de pintura…
¿Sabían que a punto estuvo de ser retratada por ni más ni menos que Picasso en una nueva versión de La maja desnuda? El proyecto abortó en el momento en que se enteró el primer marido de la duquesa, Luis Martínez de Irujo… ¡pero no hay misterio que la revista Interviú no quiera dejar de desvelar! Y si Picasso no pudo inmortalizarla desnuda, los paparazzi, con menos arte y más jeta, sí pueden, sí.
La decimoctava duquesa de Alba (y onceava duquesa de Berwick), enviudada en dos ocasiones, casada –por la Santa Iglesia– en otras tres, y más cargada de títulos nobiliarios que de joyones, se ha puesto el mundo por aristocrática montera y ha hecho suyo aquel viejo ripio de que a la vejez, viruelas. En una entrevista, la octogenaria señora tildaba de envidiosos a todos aquellos que realizaban comentarios despectivos acerca de su relación sentimental con su prejubilado y ahora ya flamante esposo. Sospechamos que lleva razón. A quienes dicen lo fácil que lo ha tenido la duquesa de Alba (y de Liria y Jérica) para hacer lo que le diera la gana en su vida porque ha tenido toda la pasta del mundo para hacerlo… ¿no les gustaría haber podido hacer lo mismo?
Poco agregaremos nosotros a lo que se lleva comentando esta última semana de la boda de la duquesa de Alba (y de Híjar). Tan solo decir que ese baile rumboso que se marcó ante los periodistas, sus fans sevillanos y su atónito tercer esposo puede verse como un homenaje a la 3ª edad, al duende flamenco, a los hippies de pies descalzos y, cómo no, a sí misma. Pues eso, ¡que le quiten lo bailao!

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Su Serenísimo Emperador...

Inquietante. Muy inquietante. Solo así puede calificarse el parecido entre el actual Papa Benedicto XVI y el personaje de ficción chez Lucas emperador Palpatine (a.k.a. Darth Sidious o Señor Oscuro de los Sith... tiene más títulos que la Duquesa de Alba, de la que hablaremos en nuestra próxima entrada).

Este emperador de una galaxia muy, muy lejana hace mucho tiempo que no siente en su apergaminada piel los rayos de alguno de los soles de su entorno. Vive (o malvive) obsesionado con el lado oscuro. Que si vente p'acá conmigo que nos vamos a hacer los más guays, que si ya verás como no te conviertas en un seguidor... En fin, un rollo el que se trae que al final se le acaba rebelando su mano derecha, el insigne Darth Vader (a.k.a. Anakin Skywalker), y le lanza a un foso tan grande, tan grande, tan grande que ni le vemos aplastarse en el fondo. Eso sí, se le ve con tanta energía que va echando chispas durante la caída. ¡Menudo es el Palpatine! Tanta es su obsesión por la oscuridad que hasta viste de este tono, muy favorecedor en eventos tales como coronaciones o ataques a especies raras.

Por el contrario, Benedicto XVI, Joseph Aloisius Ratzinger para los íntimos, ha hecho del blanco (como tantos otros papas anteriores a él) su seña de identidad. Blanco pureza. Blanco alegría. Blanco espiritualidad. Blanco divinidad... Hemos tenido la oportunidad de ver este verano como el bueno de Benedicto se daba un baño de masas con los jóvenes católicos from all round the world, preconizando que hay que apoyar a la juventud, guiarla, no se nos vuelva casquivana (u homosexual, ¡menudo pecado ese, tan ajeno a los sacerdotes católicos...! No comment) o se nos pierda víctima de la desilusión. Es decir, Benedicto XVI apoya todo lo contrario que Su Malignidad Imperial... ¿O quizás no?... ¿Quiénes eran todos esos jóvenes? ¿Qué inquietudes tienen? ¿Querrán conquistarnos a todos, y llevarnos hacia una filosofía oscurantista bajo influencia de Su Serenísima...? ¿Es que el emperador Palpatine ha cruzado las muchas galaxias que nos separaban y bajo la identidad de Papa está planeando la conquista de este nuestro humilde planeta como Sumo Pontífice desde el Vaticano? Seguiremos investigando... 

miércoles, 20 de julio de 2011

Jennifer Gothika

No somos los primeros en la red en descubrir el enorme parecido entre la actriz norteamericana Jennifer Aniston y la figura femenina del archiconocido cuadro de Grant Wood titulado “American Gothic” (“Gótico americano”, por si hay alguien de Burgos). No deja de ser paradójico teniendo en cuenta que la figura representa a la típica solterona de la América rural, de mentalidad puritana –o quizás completamente absorbida por ese modo de pensar y de vivir–, y sometida a un padre autoritario que sostiene una horca de la misma forma en la que se suele retratar a Satanás blandiendo su tridente. La imagen pública que proyecta la buena de Jen parece más bien lo contrario: mujer actual y cosmopolita que ha vivido varios romances. Incluso ha pasado por un matrimonio –de polémico final, Miss Hottie Lips mediante…– con Brad Pitt, actor que suele ser considerado como el más guapo sobre la faz de la tierra. Vamos, que la buena de Jen no parece tener motivos para lucir ese mohín tan tristón… ¿o es que acaso la fama, el dinero y el éxito no nos traen la felicidad? Pensábamos que sí. Esto da para la reflexión… o quizás esté todo muy claro. Bueno, dejamos en tus manos, lector de este blog, el asunto, y te pedimos que nos cuentes en un mensaje las conclusiones que se pueden sacar de todo esto.  
Con “American Gothic” su autor ganó un premio de 300 dólares en 1930. Fue una obra elogiada por cerebritos de la época como la maravillosa Gertrude Stein, señora gracias a la que, según dicen, Hemingway pulió su estilo literario hasta acabar mereciendo todo un Premio Nobel de Literatura. Muchos vieron en el cuadro que nos ocupa una sátira de la sociedad rural del Medio Oeste, pero el propio Wood negó que así fuera. Sea lo que sea, “American Gothic” es una de las obras de arte de referencia en la cultura americana del siglo XX, como prueban sus muchas imitaciones y parodias.
Terminaré por añadir que los modelos para los personajes fueron ni más ni menos que el dentista del pintor y su hija Nan. Mas… ¿por qué ese parecido de la buena de Nan con la protagonista de exitazos como Separados o la teleserie Friends? Otro de los muchos misterios sin resolver.

miércoles, 15 de junio de 2011

El agente hebreo de la T.I.A.


Recordamos en este recién estrenado blog el homenaje que la gran cantante, gran actriz, gran diva, la inigualable Barbra Streisand, dedicó al personaje más travestido en la historia del cómic español.

Corría el año 1983 cuando la Streisand decidió meterse a directora de cine, después de sus grandes éxitos como actriz en su pasado reciente (Tal como éramos, Funny Girl). Y se dijo a si misma: "Yo creo que si en este mi primer flim cuento la historia, llena de suspense, en la que la joven Yentl, hija de un profesor polaco del Talmud, que tras su muerte se disfraza de hombre y vaga por el mundo bajo el nombre de Anshel en su lucha por adquirir conocimientos académicos y convertirse así en una mujer sabia, me voy a lucir". La historia llevaba la firma de Isaac Bashevis Singer, y ya había sido llevada con éxito a las tablas de Broadway.

Los productores, algo acojonadillos después de experimentar el monumental fracaso que supuso La puerta del cielo de Michael Cimino, no estaban del todo seguros de querer apoyar semejante proyecto. La taquilla les demostró que el imán "Barbra" ofrece siempre resultados espectaculares, como algunas de las imágenes de esta película. Muy especialmente ese plano final en el que la Streisand demuestra la sobrehumana resistencia de sus cuerdas vocales mientras la vemos alejarse rumbo a la Tierra Prometida. Ni James Cameron, en los numerosos planos que dedicó al Titanic en medio del océano 14 años después, consiguió dotar semejante sentido épico a sus imágenes.

La sorpresa que nos tenía preparada la buena de Barbra a los espectadores españoles fue que su caracterización como Anshel fuera tan parecida al agente más calvo de la T.I.A. -profesor Bacterio mediante-: Mortadelo, creado por Francisco Ibáñez allá por 1958. Mortadelo y su inseparable compañero Filemón han entretenido a niños y no tan niños de todo el mundo en sus numerosas aventuras, luchando contra todos aquellos que pretendan boicotear unas Olimpiadas o imponer una dictadura, aunque sea de naturaleza alienígena.

Levita negra, anteojos y, of course, una enorme nariz en la que apoyarlos son las señas de identidad de ambos personajes. Habrá quien piense que Mortadelo resulta más simpático que Yentl, pero no se puede dudar de las muy humanas y sentidas motivaciones de esta judía errante, de un cariz feminista muy en boga en la década de los 80.

Nuestra Barbra seguía con esta película una moda que estaba pegando con fuerza en Hollywood: las películas de protagonistas travestidos. Un año antes, Julie Andrews no sabía bien si responder al nombre de Víctor o de Victoria, y Dustin Hoffman se convertía en Dorothy "Tootsie" Michaels para poder seguir pagando el alquiler. Barbra quiso apuntarse al carro, y si bien con el paso de los años su personaje no ha conseguido permanecer en la memoria colectiva tanto como los interpretados por Hoffman y la Andrews, sí que consiguió marcarse un tanto personal al convertirse en la primera mujer en ganar el Globo de Oro a la mejor dirección.

Si aún no la habéis visto, no os la perdáis. Las escenas que incluyen los intentos de seducción de Hadass (una deliciosa Amy Irving) hacia Anshel y su amor incondicional son una mezcla de comicidad y encanto que las convierten en lo mejor de la película.