miércoles, 26 de septiembre de 2012

El dorado trazo picassiano


Siempre se ha dicho de las personas con una nariz llamativa que tienen mucha personalidad. (Véase si no a los protagonistas de la primera entrada de este nuestro blog). Desde luego, podríamos decir con un buen par de razones que nuestros protagonistas de este mes poseen también una enorme personalidad.

Rossy de Palma (a.k.a. Rosy Von Donna, o Rosa Elena Gª. Echave) es una multifacética artista patria más dada al cine galo que a otra cosa, mariposa. Descubrimiento cinematográfico par la grâce d'Almodóvar, Rossy demostró desde el principio unas excelentes dotes de comediante -su despiste en medio de una entrevista televisiva por culpa de una mosca en su 1era película, La ley del deseo, es antológico. Esta colaboración de genios, que se ha prolongado a lo largo de los años, le ha brindado a Rossy sus, hasta el momento, dos únicas candidaturas al Goya: por Kika y La flor de mi secreto. Rossy se benefició además del éxito internacional de Mujeres al borde de un ataque de nervios, donde llamó la atención del kansino (originario de Kansas City, vamos) Robert Altman, que la llamó para participar en la multiestelar -como solía ser habitual en la filmografía de este director- Prêt-à-Porter. En esta cinta le tocaba en suerte ser la mano derecha de la fascinadora Anouk Aimée.

Si en otros casos de intérpretes españoles de éxito internacional (pienso por ejemplo en Penélope Cruz o Antonio Banderas) la armonía y belleza de sus dulces rasgos ha podido ayudar en su tirón popular, en lo que se refiere a Mlle. de Palme ha sido precisamente todo lo contrario. Definida habitualmente como "belleza picassiana" (por su parecido, dicen, con los rasgos trazados por la mano maestra del genio malagueño en sus célebres lienzos), Rossy tiene en su personalísima protuberancia nasal no solo su seña de identidad, sino también todo un handicap para los operadores de fotografía del 7º arte. 
Un buen surtido de bellezas picassianas

Y aquí en Coincidencias Trastornadas somos de la opinión de que Pablo Picasso hubiera felicitado a los dibujantes de la factoría DreamWorks SKG responsables de la creación del villano de La ruta hacia El DoradoTzekel-Kan. Sumo Sacerdote de la mítica ciudad del título cuya afición preferida es el sacrificio humano, se mostrará entusiasmado al toparse con dos aventureros españoles a los que su pueblo toma por dioses. Pero una vez descubra que no son más que tristes mortales, utilizará sus temibles artes mágicas para saciar sus ansias de sangre. Acojonante.

El tiempo (han pasado doce años de su estreno), ha convertido a Tzekelito en uno de los villanos favoritos del gran público. Él y Rossy no solo comparten un parecido apéndice nasal; también una sonrisa que puede provocar escalofríos, lo que les convierte en dos de las presencias más turbadoras de la pantalla, sea ésta grande, pequeña o mini.