miércoles, 19 de diciembre de 2012

Luna menguante

Llegó diciembre y con él el frío. Es ésta una estación poco propicia para salir a dar un paseo por la calle. Las salas de cine, para las que los más visionarios auguran su desaparición en pocos años, pueden resultar un buen refugio donde resguardarse de la escarcha. Y si la peli de turno no merece la pena y nadie nos espera en casa, siempre queda sentir en nuestra piel y nuestro olfato el calor humano circundante. 

Para ello, desde luego, debemos elegir una película que posea gancho suficiente como para abarrotar las butacas, y no hay duda que la última parte de la saga Crepúsculo es una excelente elección. En esta última entrada del año queremos anotar una paradójica coincidencia la mar de cinematográfica: la que une a una estrella hollywoodiense en pleno despegue con una efímera actriz que tristemente ya no se encuentra entre nosotros.

Taylor Lautner estaba predestinado a poner rostro y tórax al personaje que le ha otorgado fama y fortuna, Jacob Black, por la feliz coincidencia de ser fiel seguidor del equipo de la universidad de su estado natal, Michigan: los Lobeznos ("Wolverines"). Sin embargo, ya era un tipo excepcional mucho antes: consiguió el título de campeón mundial junior de judo a los 12 años, convirtiéndose en toda una minicelebridad en los EE.UU. Y es que el Lautner de metro setenta y nueve que conocemos ahora lleva tonificando su cuerpo desde la tierna edad de seis añitos, cuando empezó a entrenarse en eso de las artes marciales, resultando el hombre lobo más sexy de la Historia del Cine. Dato éste que para sus antiguos compañeros del cole no debe resultar en absoluto asombroso, pues le votaron como la "mejor sonrisa" de la clase. (Y sí, cuando uno fija su mirada en Lautner por encima del cuello se percatará de su sonrisa profidén). En definitiva, la aún corta vida de Taylor supone todo un triunfo físico, admirado en la misma medida tanto por lascivas fans como por revistas centradas en el culto al cuerpo repartidas a lo largo y ancho del globo. 
Algunos miembros de la manada de Taylor Lautner. ¿Tienen razón los
que califican la saga de "porno para adolescentes"?...

Otra figura de la interpretación de marcado físico (aunque no del mismo modo que el de Mr. Lautner) es -o, mejor dicho, fue- la bonaerense Alejandra Podestá. Hablo en pasado pues fue hallada muerta (en trágicas y violentas circunstancias sobre las que no me extenderé) en su apartamento a mediados de este mismo año. Su única aportación al universo cinematográfico, De eso no se habla, supuso el último film de la hermosa María Luisa Bemberg. Película ésta con cierto tufillo al Fellini más surrealista (ayuda en las similitudes la presencia de Marcello Mastroianni), en la que la Podestá interpreta a la hija de una rica viuda -una espléndida Luisina Brando-, que no solo se niega a reconocer el enanismo de su descendiente, sino que con astutas artimañas prohíbe hasta la obsesión al resto del pueblo cualquier mención al respecto, lo que da razón de ser al título de la película.

Alejandra borda el papel de Carlota, esa niña de finos ademanes, cultísima, que se hace llamar Charlotte (también lo prefiere su madre, ya que los demás se empeñan en llamarla Carlotita, un uso del diminutivo que la lleva en los demonios...). Una joven tan exquisita, en definitiva, que enamora al rompecorazones Mastroianni. Sin embargo, poco a poco Charlotte va dándose cuenta que vive en una preciosa jaula de oro construida a su gusto por su amantísima madre, y el paso de un circo por el pueblo -pese a las reticencias de la matriarca- le ayudará a romper con todo en busca de su realización individual, por mor de reivindicar su diferencia en este mundo homogeneizado.

La película se llevó numerosos premios en la Argentina, entre ellos el de mejor actriz, merecidísimo, para la Brando. Nuestra Alejandra no consiguió mención alguna. Es igual. Su presencia en el film es inolvidable, como la de Lautner rodeado de vampiros crepusculinos. Por todos estos detalles, recomendamos De eso no se habla, película hoy día un tanto olvidada, a todos los lectores de Coincidencias Trastornadas

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Retratos del artista melenudo (y sexy)

Este par de caballeretes con la mano en el pecho protagonizan la entrada de este mes, en la que el arte sacro se funde con lo más profano, creando una perfecta simbiosis del objetivo que en este nuestro humilde blog nos hemos propuesto desde su creación: registrar las insólitas, asombrosas coincidencias que nos brinda la vida (¡ea!)

Como en el fondo somos muy clásicos, vamos a empezar por el principio. Russell Brand, polifacético artista, natural de la Temible Albión, y tan temible por su humor con tendencia al pasote que hay quien le encuentra similitudes con su paisano destroyer Sacha Baron Cohen. En su faceta de showman ha participado en programas para la MTV y la BBC, con polémicos resultados (controversial results, dicen por allá) que le llevaron a sentir en su trasero el frío del asfalto de la calle de atrás. También ha participado como actor en comedias de éxito -donde le rodearon de comediantes americanos de estilo algo más amable- tales como Paso de ti o Todo sobre mi desmadre. Y hablando de desmadres... Mr. Brand ha tenido una vida, digamos, agitadilla: la policía le ha arrestado unas 12 veces, por causas en su mayor parte relacionadas con el abuso de alcohol y drogas. [Llegados a este punto, estimado lector, aprovechamos este breve inciso para hacer una reflexión moral y aconsejarte que, puestos a abusar, abusa de ti mismo: hay países en los que no te meten entre rejas por esto, y, además da gustirrinín... ¡9,95 de cada 10 lo recomiendan!]. Sin embargo, no hay nada que la meditación trascendental no pueda hacer por un artista popular pasado de vueltas -una meditación que el propio Russell reconoce poner en práctica con asiduidad. 

Todo esto ha convertido a R.B. en carne de cañón para las alargadas zarpas de la prensa del higadillo, que se hincaron sobre tan original personaje muy especialmente cuando inició una relación con la pop star Katy Perry, con quien llegó a formalizar una relación que se desformalizó al año siguiente, quedándose solito en esta dura vida de crisis económica, buzones de voz, realidades líquidas y gente tóxica. Pero no preocuparse: la organización PETA le eligió el vegetariano más sexy del 2011, así que propuestas de reformalizarse seguro que no le faltan. Fijo.


El Durero más cañón
se aloja en El Prado
Manejamos pocos datos que puedan atestiguar que Durero tuviera un estilo de vida tan dado a los excesos varios, pero no hay duda de que se movió mucho, viajando varias veces a Italia para aprender técnica, como buen artista del Renacimiento que se precie. Antes de cumplir los 30 ya era un artista reconocido en toda Europa, y se le considera en la actualidad el mayor artista alemán de los siglos XV y XVI (del XVII no, mira, pero porque no llegó a pisarlo). Su obra incluye óleos, acuarelas, grabados e incluso tratados teóricos de arte que le llevaron a desarrollar sus conocimientos matemáticos tanto como su uso del pincel. Y es que estos de Nuremberg lo mismo te montan una estantería que te sacan una ecuación.

Centrándonos en la obra que principia la entrada, su Autorretrato a los veintiocho años -uno de los tres en óleo realizados a lo largo de su vida y sin duda el más popular- es uno de los más famosos de la Historia del Arte. Los críticos destacan su parecido icónico con las representaciones de Cristo: dicen los expertos, que por algo son expertos, que se trata de toda una alegoría en la que el artista destaca el origen divino de sus talentos, que llevadas a la práctica le convierten en todo un "Creador". (Desconocemos si era típica en Nuremberg la expresión: "Baja, Modesto, que sube Alberto"...) 

En estas Coincidencias Trastornadas opinamos que Durero ha sido, sin duda, uno de los hombres más atractivos que jamás hayan sostenido un pincel entre sus dedos. Reconocemos sentir mayor debilidad por el autorretrato que luce en sus muros el Museo del Prado, que demuestra ser el precursor de una de las modas más populares entre los cachas de gimnasio de barrio y/o extrarradio: el escote masculino. Los guantes blancos le dan un puntito, y le sienta bien el gorro de dormir, ¿no creen? En la actualidad es probable que PETA o cualquier otra organización le hubiera nombrado el hombre más sexy. Lo reconocemos: Brand y Durero nos encienden. Sirva esta entrada para dejar a un lado por unos instantes el carácter divino, metafísico y espiritual del artista y resaltar su lado más sexy. Y si vienen acompañados de una tupida melena en la que enmarañarse, todavía más.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Problema de Vergametría

¡En la noche del pasado 23 de septiembre ardió Twitter! Aunque hace poco tiempo de aquello, consideramos que merece la pena recordárselo a nuestros amables lectores, pues en Internet toda noticia que tenga más de 6 horas es vieja y ha sido arrojada en la papelera del olvido: Durante esa feria de las vanidades que es la alfombra roja previa a toda entrega de premios angelina, Sofía Vergara, nominada al Emmy a la mejor actriz de reparto en teleserie de comedia (al final se lo llevó su hijastra en la ficción, Julie Bowen) sufrió un percance con la cremallera del ceñidísimo vestido Zuhair Murad -color verde agua, dicen los expertos- que asfixiaba cada centímetro de su piel, dejando al descubierto las redondeces de sus nalgas colombianas... La noticia apareció en todos los medios. De hecho, fue la propia Sofía -de la que guasa no se puede decir que le falta- la rauda encargada de publicar las pruebas del "delito" en su cuenta oficial de la red social mencionada más arriba, lo que dejó ojipláticos a todos los que la hicieron una visita virtual (y que aquí también compartimos. ¡Disfrutad, voyeurs!).


¡Viva la madre que parió
 a Sofía Margarita!
La Vergara es una estupenda comediante que ha alcanzado la fama mundial gracias a su participación en ese exitazo de la pantalla plasmada que responde al nombre de Modern Family, donde interpreta a la madrastra que todo salido heterosexual quisiera tener. Su personaje, Gloria Pritchett, es un cúmulo de tópicos en lo que a latinas buenorras de pésima dicción inglesa se refiere. De ahí que Sofía sea una perfecta elección, sumándose así al ya numeroso grupo de actrices hispanas con curvas de vértigo que pululan por Hollywood: Eva Longoria, Roselyn Sanchez, Zoe Saldana, Rosario Dawson, Eva Mendes... por no mencionar a las egregias Salma Hayek y Jennifer Lopez.

Sin embargo, aquí en Coincidencias Trastornadas la visión de tan suculento derrière nos ha provocado escalofríos. Y no precisamente de placer, pues su imagen nos recuerda aquellos problemas de geometría que tenían que ver con circunferencias tangentes, radios, rectas, cuerdas, puntos con nombre de mayúscula, diámetros, cortes, ángulos y un sinfín de conceptos matemáticos de primaria cuyos significado, sentido o simple razón de ser no han conseguido retener nuestras débiles mentes. Pedimos las más sinceras disculpas a nuestros santos padres cuando lean estas líneas, y les animamos a que denuncien el deficiente sistema educativo que tan escaso fruto ha dado en su linaje, oh triste generación perdida que nada tiene que ver con Scott Fitzgerald, Hemingway y un selecto etcétera de genios.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El dorado trazo picassiano


Siempre se ha dicho de las personas con una nariz llamativa que tienen mucha personalidad. (Véase si no a los protagonistas de la primera entrada de este nuestro blog). Desde luego, podríamos decir con un buen par de razones que nuestros protagonistas de este mes poseen también una enorme personalidad.

Rossy de Palma (a.k.a. Rosy Von Donna, o Rosa Elena Gª. Echave) es una multifacética artista patria más dada al cine galo que a otra cosa, mariposa. Descubrimiento cinematográfico par la grâce d'Almodóvar, Rossy demostró desde el principio unas excelentes dotes de comediante -su despiste en medio de una entrevista televisiva por culpa de una mosca en su 1era película, La ley del deseo, es antológico. Esta colaboración de genios, que se ha prolongado a lo largo de los años, le ha brindado a Rossy sus, hasta el momento, dos únicas candidaturas al Goya: por Kika y La flor de mi secreto. Rossy se benefició además del éxito internacional de Mujeres al borde de un ataque de nervios, donde llamó la atención del kansino (originario de Kansas City, vamos) Robert Altman, que la llamó para participar en la multiestelar -como solía ser habitual en la filmografía de este director- Prêt-à-Porter. En esta cinta le tocaba en suerte ser la mano derecha de la fascinadora Anouk Aimée.

Si en otros casos de intérpretes españoles de éxito internacional (pienso por ejemplo en Penélope Cruz o Antonio Banderas) la armonía y belleza de sus dulces rasgos ha podido ayudar en su tirón popular, en lo que se refiere a Mlle. de Palme ha sido precisamente todo lo contrario. Definida habitualmente como "belleza picassiana" (por su parecido, dicen, con los rasgos trazados por la mano maestra del genio malagueño en sus célebres lienzos), Rossy tiene en su personalísima protuberancia nasal no solo su seña de identidad, sino también todo un handicap para los operadores de fotografía del 7º arte. 
Un buen surtido de bellezas picassianas

Y aquí en Coincidencias Trastornadas somos de la opinión de que Pablo Picasso hubiera felicitado a los dibujantes de la factoría DreamWorks SKG responsables de la creación del villano de La ruta hacia El DoradoTzekel-Kan. Sumo Sacerdote de la mítica ciudad del título cuya afición preferida es el sacrificio humano, se mostrará entusiasmado al toparse con dos aventureros españoles a los que su pueblo toma por dioses. Pero una vez descubra que no son más que tristes mortales, utilizará sus temibles artes mágicas para saciar sus ansias de sangre. Acojonante.

El tiempo (han pasado doce años de su estreno), ha convertido a Tzekelito en uno de los villanos favoritos del gran público. Él y Rossy no solo comparten un parecido apéndice nasal; también una sonrisa que puede provocar escalofríos, lo que les convierte en dos de las presencias más turbadoras de la pantalla, sea ésta grande, pequeña o mini.  

miércoles, 29 de agosto de 2012

Los gorgoritos de Ricitos de Oro

¿Somos aquí en Coincidencias Trastornadas los únicos que pensamos que el cuento tradicional que responde al título de Ricitos de Oro es uno de los más sosos worldwide? Repasemos... Una niña de cabellera rizosa y rubia como el noble metal se pierde en el bosque -que ya son ganas- hasta dar con una casita. Al entrar (¡menuda okupa!), se comerá toda la comida, destrozará una silla y revolverá las sábanas de tres camas hasta quedarse sopa. Hace su aparición la familia de osos residente en tan cuca cabañita, y la muy jodía tiene la desfachatez de asustarse al verlos (¡ella!),  y salir corriendo como alma que lleva el diablo.... y fin. No hay más. 

Bueno, eso en una 1ª lectura, claro. Porque llegó el bueno de Bruno Bettelheim y tumbó a Ricitos en el diván de su estudio, la psicoanalizó exhaustivamente y lo que de ella sacó le deja a uno con la boca tan abierta que le puede caber un melón. (Si no nos crees, interesado lector, échale un vistazo a su libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas.)

¿Que adónde queremos llegar con prolegómeno tan largo? ¿Es que aún no les habéis echado un vistazo a las foticos más arriba? Tanto David Bisbal como, en su día, Shirley Temple han decidido continuar el patrón estético de la niña revoltosa, convirtiéndose en su seña de identidad más significativa. De hecho, una vez que al cantante almeriense le dio por cortárselos, a uno le daba por pensar que estaba como un árbol de Navidad a medio decorar.

Bisbal, o Bisbalín, como le llaman sus fans más cariñosas, surgió cual cohete en el panorama artístico nacional gracias a ese trampolín televisivo que fue Operación Triunfo (OT, para los amantes del acrónimo). Aunque resultó ser Rosa López -rebautizada como Rosa de España- la ganadora de aquella ya lejana edición, Bisbal, con su honroso 2º puesto, salió de la academia dispuesto a comerse el mundo (musicalmente hablando, digo) con sus brincos, giros, patadas al aire y extrañas contorsiones faciales, regalándonos canciones no aptas para diabéticos como  "Mi Princesa". A día de hoy, es nuestro artista joven más internacional. Lo mismo te hace un concierto en Londres que en Buenos Aires. Incluso ha tenido el valor de medirse con el difunto Antonio Molina, milagros de la tecnología mediante, en un dueto que dio que hablar y del que David salió limpiamente airoso. Y a pesar de algún desliz twitero ignorando la situación política egipcia y de una ex con una impopularidad digna de toda una Yoko Ono, ahí sigue el tío. Imparable.

Imparable fue también la carrera de la Temple desde muy temprana edad. Epítome de niña prodigio made in Hollywood, la pequeña Shirley empezó en esto del mundo del espectáculo contando apenas 4 añitos. Precocidad no se puede decir que le faltara. En 1934 lo petó con la película Ojos cariñosos (Bright Eyes, dirigida por David Butler), especialmente con la canción que entonaba en esta película, "On the Good Ship Lollipop". Al año siguiente, recibió todos los parabienes que una estrella del firmamento hollywoodiense podría recibir, Oscar© incluido. Continuó sumando éxitos interpretando a todas las niñas encantadoras de la literatura, desde Heidi a La pequeña princesa, espolvoreando de azúcar los deprimidos corazones americanos de la década de los 30, como bien supo ver su presidente Franklin Delano Roosevelt. 

Mas la Temple no podía ser toda la vida una encantadora niñita. El público no se adaptó a su natural cambio físico y su carrera empezó a declinar, hasta acabar retirándose del espectáculo para dedicarse a otro espectáculo aún más circense quizás, la política, que la llevó a ser embajadora de EE.UU. en Ghana y la antigua Checoslovaquia, y a codearse con los presidentes Nixon, Ford, Carter y Bush padre. ¡No salió tonta la niña!  

Desde estas Coincidencias hemos tenido una visión bien trastornada: la ya abuelita Shirley, envuelta en un pareo de mil colores, tumbada en una hamaca al lado de la piscina en una lujosa mansión de Palm Springs. Con una mano acaricia la revoltosa melena de David Bisbal, que permanece, cual perrillo faldero, sentado en el suelo a su lado mientras lee para ella Ricitos de Oro. Con la otra mano se acerca a los labios de cuando en cuando una copa del cóctel que lleva su nombre, el cóctel sin alcohol por excelencia. ¿Quién quiere alcohol cuando puede degustar toneladas de sacarosa? Es probable que los fans de ambos artistas coincidan en esta opinión.

miércoles, 13 de junio de 2012

El diablo peina canas

Por si no lo había notado, amable lector de Coincidencias Trastornadas, estamos asistiendo a un momento de inestabilidad económica -que si el euro p'arriba, que si el euro p'abajo-, rescates a países en crisis de la denominada eurozona, primas de lo más arriesgadas y, como objetivo final, una operación para salvar a la monedita de la Europa unida, que está hecha pupita... ¡Pero tranquilos! No nos llevemos las manos a la cabeza, golpeemos nuestros pechos con desesperación o busquemos el horno más a mano. Hay alguien ahí, elegante, inteligente, experimentada, francesa y, por qué no decirlo, chic, que está alerta y vigilante, dispuesta a dejarse la piel por salvarnos a todos.

Su nombre es Christine Lagarde, y si hay alguien aquí presente que no le da por echar un vistazo a los noticiarios de vez en cuando, diré que es el nombre al que responde la primera mujer en dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI). Menuda tía, ¿no? Con un currículum que si fuéramos más folklóricos de lo que ya somos diríamos que quita el sentío (ha sido ministra de Agricultura, Pesca, Comercio, Economía, Finanzas e Industria en su país de origen, la France; y no llegó a ser concejala de chirigotas en el Mardi Gras y la Fête de la Musique porque no la dejaron, que si no...), a Madame Lagarde le ha tocado en suerte un papelón del que más de uno habría salido huyendo.

Cierto es que esta simpática señora no le cae bien a tout le monde. El diario The Economist ha señalado que su visión de los problemas financieros en los países en estado más crítico (España, Irlanda) no es la más certera. Y otra: durante una entrevista en la que le informaron sobre el alto índice de suicidios que estaba alcanzando la población griega tras el estallido de la crisis, la buena de Christine se limitó a apuntar que todo este drama no habría ocurrido si se hubieran limitado a pagar sus impuestos. Con unos comentarios así, la red -peligrosa red, pardiez- ha sido generosa en regalarle a sus pupilas calificativos que en el mejor de los casos podrían tildarse de obscenos.

Tampoco se puede decir que sea el colmo de lo políticamente correcto la inefable Miranda Priestly, personaje que clavó -once again- la espléndida actriz norteamericana Meryl Streep en uno de los hits taquilleros del 2006, El diablo viste de Prada. Ésta es una adaptación del bestseller de la moderna tradición de la chick-lit (instaurada, sin proponérselo, por Jane Austen siglos atrás), escrito por Lauren Weisberger, que tomó como musa inspiradora -dicen... o debería decir, presuntamente- a su ex superiora, la suma pontífice de la biblia de la moda, Vogue: Anna Wintour. Como diría aquel, dale un puesto a los cuervos..., porque lo que es Ms. Weisberger se despachó bien a gusto, ofreciendo un retrato de jefa tan terrible que es para ir corriendo a las filas del INEM y pedir de rodillas que te consigan un trabajo a realizar desde casa y sin salir más que a por el pan. Ofensiva, frívola, ultra-exigente, despiadada... un no parar en la tradición de las buenas maneras, vaya. Eso sí, si hay algo que uno no puede dejar de reconocer viendo el film, es que Priestly/¿Wintour? es extraordinaria en su trabajo, una profesional digna de admiración. 

Desde aquí cruzamos los dedos por los colaboradores de Lagarde, y les encendemos unas velitas y les rezamos a un puñado de santos si lo desean, por que su señora jefa no se ponga con ellos tan borde como la Priestly. No corren tiempos como para permitirse estar de buen humor... 

miércoles, 30 de mayo de 2012

Prehistoria Fashion

Podría decirse con pocas probabilidades de equivocación que estamos viviendo la era más pija de la Historia de la Humanidad: un aluvión de anuncios vía televisión, cine, vallas publicitarias, revistas, periódicos, internet, etc., tratan de convencer a las mujeres de que necesitan como el respirar lo último en bolsos, tacones, cinturones, collares, bragas, medias, blusas, pulseras, pendientes, pashminas... y así un no parar. Pero, ¿qué pasa con los hombres?

No se puede decir, desde luego, que las grandes marcas no se preocupen por el público masculino. Sin embargo, mientras que en el caso de las féminas las modas evolucionan por temporadas, y así unas veces se lleva más la falda plisada que la lisa y estampada, o un maquillaje imaginativo frente a una imagen más natural, en el de los hombres la moda parece haberse quedado estancada. Y así, lo más elegante en la actualidad es llevar un esmoquin... es decir, lo mismo que hace 80 años. Pero entonces llega el bueno de Marc Jacobs y propone un atuendo muy diferente al habitual: el polo alargado o polo falda -llámenlo como gusten-, que deja al que lo ve patidifuso nada más verlo.

Sospechamos aquí en Coincidencias Trastornadas que no han sido los "musos" escoceses con sus kilts los que han influido en el diseño chez Jacobs, sino el simpático atuendo del aún más simpático Pedro Picapiedra, el picapedrero más dicharachero de la historia de la animación televisiva. Mr. Picapiedra (o Flintstone, si nos ponemos devotos del V.O.), ha alegrado las mañanas y tardes de millones de espectadores a lo largo y ancho de este mundo. Pedro, junto a su esposa Vilma, sus vecinos Pablo y Betty Mármol, su mascota, el pizpireto Dino, y los pequeños Bam-Bam y Pebbles, han protagonizado infinidad de aventuras, ¡todo un docudrama de la Era de Piedra!, desde su aparición original allá por los 60. Aventuras que nos han descubierto una Prehistoria no solo mucho más divertida de lo que los libros de historia relatan, sino también de una estupenda calidad de vida, pues ya disfrutaban de toda la tecnología, un tanto rudimentaria tal vez, de nuestra época.

M.J., un hombre con estrella
Por su parte, el perfil de Mr. Jacobs parece el extremo opuesto: hombre de gran éxito profesional a nivel internacional, sofisticado, mundano, complejo, reivindicativo (apoya el derecho al matrimonio gay)... Vamos, que no le vemos en su amada ciudad de París, donde reside, viviendo inofensivas anécdotas domésticas como las de la familia Picapiedra. Más bien nos imaginamos a este diseñador de orígenes judíos y neoyorquinos con una copa de champán en una mano y un móvil de ultimísima generación en la otra, luciendo su cuidado palmito por las fiestas más cool en los locales más exclusivos de la vida nocturna de las más importantes metrópolis del mundo.

Parece ser que Óscar de la Renta considera a Jacobs un simple imitador. Difícil va a ser ver por la calle a muchos hombres imitando outfits tan extremos como el que propone Jacobs. Quién sabe. Quizás se trate de un visionario, y esté marcando las líneas de la moda del futuro. Por si acaso, señores, vayan depilándose las piernas.

miércoles, 4 de abril de 2012

La galletita sonriente

¡Este mes de abril tenemos una entrada la mar de dulce! Por un lado, Miley Cirus –o Hannah Montana para los nostálgicos–, antigua (bueno, no tanto) estrella infantil de la televisión más familiar y almibarada que el tiempo ha amasado, cocinado y finalmente desarrollado hasta convertirla en toda una mujercita, o más bien mujerzota, que apunta maneras de digna heredera de su admirada Britney Spears (esperemos que sin los mismos trastornos personales…). Por el otro, la galleta de jengibre que ha sufrido la tortura más divertida en la historia del cine. Empecemos por la simpática Miley, bautizada Destiny Hope aunque conocida mundialmente por el apelativo que se ganó en la infancia apócope de "Smiley", por su sempiterna sonrisa de felicidad...

En Hannah Montana, serie de 4 temporadas que arrasó en todo el mundo, interpretaba a una ciudadana de Tennessee que se traslada con toda la parentela a Malibú y lleva la vida de toda una superheroína cantarina: adolescente anodina de día, estrella del pop en la noche. Desconocemos si entre medias rescataba gatitos abandonados o luchaba contra el crimen organizado, ya que los responsables de Coincidencias trastornadas somos legos en materia "Montana". En dicha serie, su padre/mánager estaba interpretado por Billy Ray Cyrus, padre y suponemos que mánager de la buena de Miley en la vida real. Mr. Cyrus es el insigne artífice de todo un bombazo en las pistas de baile: "Don't Tell My Heart" ("Achy Breaky Heart"). Sí, el “no rompas más mi pobre corazón…”. Habría que haber visto al Billy Ray de los buenos tiempos en la era YouTube, por comprobar si habría recibido las hordas de visitas que recibe su hija. Esta afamada ahijada de la cantante country Dolly Parton can’t be tamed… No lo digo yo, sino el título del disco que ha cambiado su imagen definitivamente. Esta ex de todo un Jonas Brother tiene una proyección de futuro más grande que Disneylandia. Y hablando de Disney...

"¡Nooo, los botones de caramelo no!"


Toda una respuesta al espíritu de las películas de la factoría del tío Walt fue Shrek, fechada en el 2001. Nuestra coprotagonista en esta entrada, la galleta de jengibre también conocida como Gingy, es uno de los estupendos personajes secundarios de la saga, robaplanos en cada una de sus intervenciones. Este curioso personaje antropomórfico nació a fines del siglo XIX en un cuento infantil estadounidense en el que huía de todo aquel dispuesto a devorarlo. Desde entonces, nuestro sufrido personajete ha corrido y corrido por las páginas de numerosas revisiones del tema hasta dar el salto a la gran pantalla como víctima de los perversos tormentos infligidos por el maléfico Lord Farquaad, hasta acabar mutilada. ¡No preocuparse! Al final del film aparecerá sostenida por un bastón de caramelo, deseando que Dios nos bendiga a todos de lo más dickensianamente.

¡Dios bendiga el mundo del entretenimiento más edulcorado, pues solo en un mundo así podrían existir Miley Cyrus y las galletas de jengibre con forma de hombrecito calvo!

miércoles, 21 de marzo de 2012

Bratzgelina

Saludamos desde este humilde blog a la última gran superestrella femenina de Hollywood, Angelina Jolie. Señora poderosa donde las haya, de ilimitada belleza y cuestionado talento, la matriarca de la numerosa tropa Brangelina es sin duda uno de los iconos de nuestro tiempo. Es por todos conocida -pues la prensa ha hecho hincapié en ello, mención aparte la de tono rosa- su preocupación por los más desfavorecidos, muy especialmente por las víctimas de la aún reciente guerra de los Balcanes. Tanto es así que su debut como directora está centrado en dicho conflicto, todo un giro a su pasado como actriz en olvidables cintas de acción.

De las (muchas) cualidades, no solo físicas, por las que esta mujerona es envidiada, hay una -o mejor dicho, un par- que destaca en particular: sus labios. Parece ser que son los más demandados por acomplejadas mujeres (y quién sabe si algún que otro hombre) a su paso por el quirófano. Abundantes y tentadores como los de una Nastassjia Kinski de antaño ante el ofrecimiento de una fresa, son la seña de identidad más acusada de nuestra actriz/guionista/directora/productora/buenorra.

Tampoco andan escasas de rebordes exteriores bucales las archifamosas muñecas Bratz©, nacidas en 2001 y cuya odisea en el mercado no ha estado exenta de controversia. Por un lado, las presuntas pésimas condiciones laborales de los fabricantes chinos (según parece, les hacían trabajar como ídems por cuatro perras la hora...); por otro, sus rasgos y vestuario híper-sexualizados -que dejan en pañales a las curvas y al ropero de su archienemiga, picapleitos mediante, Barbie©, otrora protagonista de Coincidencias trastornadas-, todo ello considerado "cuestionable" por diversas asociaciones de psicólogos especializados en educación infantil.

Sea como sea, lo cierto es que estas muñecas adolescentes son de lo más fashion de la juguetería y su influencia ha traspasado los límites del plástico, trasladándose al mundo cinematográfico, televisivo e incluso discográfico. Cloe, Jade, Sasha y el resto de amigas polifacéticas... ¡son sencillamente imparables!

En definitiva, el éxito coincidente tanto de la Jolie como de las Bratz© no hace sino llevarle la contraria al bíblico Sansón: la fuente de energía reside en unos labios sugerentes. Y todo lo demás son tonterías.   

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿El desayuno de los campeones?


El culto al cuerpo, respuesta a un obsesivo interés por la belleza, parece estar muy extendido en nuestra sociedad. Aún se conservan estatuas sin brazos, rostros o piernas, procedentes ellas de la antigua Grecia, que sentaron las bases del ideal de belleza más trendy. De los hombres se esperaba que poseyeran un rostro dulce, mas el cuerpo de un atleta bien tonificado. Si nos fijamos en los hombres considerados como los más sexis de la actualidad -caso de Brad Pitt, Channing Tatum, Ian Somerhalder, Cam Gigandet... por poner solo unos ejemplos-, vemos que dicho arquetipo continúa aún vigente. Y eso que ya han pasado un par de milenios.  

Sin embargo, existe otro modelo, comúnmente denominado hercúleo, que es centro de interés por parte de Coincidencias trastornadas. El cine ha inmortalizado -especialmente en el género de las películas de acción- este tipo de súperhombre, y aquí dejo un puñado de nombres para aquellos despistados que aún no saben a lo que me refiero: Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Vin Diesel, Dwayne "la Roca" Johnson... No podemos esperar de estos especímenes híperdesarrollados una flexibilidad admirable o una rapidez de movimientos similar a la de Speedy González. Pero qué duda cabe que nos resultaría difícil al resto de seres humanos inferiores que poblamos el mundo poder ganarles en un concurso de pulsos. 

Las representaciones clásicas del héroe Hércules o del adivino Laocoonte de triste suerte son el ejemplo que pareció tomar Eugen Sandow para cultivar su cuerpo hasta convertirse en toda una atracción social. Hay que decir de este interesante señor que fue el primero en organizar un concurso de culturismo, allá por 1901. Desde entonces, toda una saga de inefables culturistas han lucido sus músculos, dientes e hinchadas venas en diversos shows para conseguir el trofeo que premie su esforzado trabajo en el gimnasio. 

Dudamos de que en la estricta dieta rica en vitaminas de estos descendientes de los héroes de la antigüedad se incluya la bollería industrial. Pero no deja de ser chocante el parecido entre un torso de culturista y la forma abultada de cuarto creciente lunar del cruasán. El origen de este popular desayuno nos retrotrae a un momento crucial en la historia austriaca del siglo XVII. Sitiados por el ejército del imperio otomano (cuyo famoso símbolo es una media luna... atentos al dato), los vieneses resistían inexpugnables cual paisanos de Astérix. Cansados tras varios intentos infructuosos por tomar la ciudad, los turcos planearon un último ataque por sorpresa, en la nocturnidad y la alevosía. Pero a esas horas estaban trabajando los panaderos, que alertados por los ruidos, dieron la voz de alarma, y así el ejército austriaco no solo evitó la invasión, sino que expulsó definitivamente al enemigo. Y los simpáticos panaderos vieneses, en conmemoración de la victoria, elaboraron este sabroso bollito con forma de media luna. No tenían guasa ni nada.

No sé ustedes, queridos lectores, pero desde este blog no concebimos desayuno más delicioso que esta masa compuesta de hojaldre, levadura y mantequilla. Si además está relleno de crema, chocolate o mermelada, ¡tanto mejor! No podemos sino sentir de todo corazón que aquellos que hayan desterrado la bollería de su dieta, sean culturistas o no,  se vean privados de tan exquisita delicia.

miércoles, 18 de enero de 2012

Walk On The Disco Side

¡Abandonemos aunque sea un instante el estado melancólico al que nos condena el día a día! ¡Dejémonos llevar por el ritmo vitalista y dicharachero de la música disco! Disco Stu, uno de los maravillosos personajes secundarios de la teleserie Los Simpson, parece atrapado hasta la eternidad en una sala de baile sin hora de cierre. Mueve las caderas al psicotrópico son de la música disco de los 70 embutido como de costumbre -parece tratarse de su verdadera piel- en su traje blanco (memoria perenne del mítico Tony Manero). Mientras sus enormes solapas y pantalones de campana se cimbrean al ritmo más boogie, Lou Reed, a su lado, parece petrificado en un estado más relajado, casi diríamos funerario.

Este extraordinario artista judío, proveniente de una de las bandas de rock más influyentes de la historia, The Velvet Underground (auspiciada, déjenme anotar, por el gurú del Pop Art, Andy Warhol), ha trasladado a la música todos los estados más oscuros en los que puede encontrarse el alma en sus más oscuras noches. Buen ejemplo de ello es la canción "Kill Your Sons", en la que reflejaba su experiencia en el tratamiento de electroshock para curar su bisexualidad durante su juventud. El Sr. Reed, desde luego, no parece haber estado para muchas alegrías desde entonces...

Compartamos o no con ambos su gusto por el cardado, Coincidencias trastornadas os ofrece a dos -¡y qué dos!- por el precio de uno. Y así, queridos lectores, la elección es vuestra. ¿El espiritoso y fiestero estilo retro seventies, o la música con mensaje decadente por obra y gracia de ese espléndido escritor metido a juglar llamado Lou Reed? Puede que la tónica general sea la de abandonar como alma que lleva el diablo los emponzoñados abrazos de la por otro lado plácida melancolía, y saltar con ansia casi furiosa la valla que nos separa de la ciudad esmeralda de la alegría. Pero, ¡qué caray!, uno no puede saborear la felicidad en su pleno sentido si no ha ingerido previamente unos cuantos bocados de tristeza. Así que, antes de tomar una decisión, ¿por qué no dar un paseo por el lado salvaje primero?