miércoles, 25 de septiembre de 2013

Languidez clásica


La llegada del otoño nos pone, pues no nos gusta llevarles la contraria a los poetas y poetastros que han salpicado el mundo, tristes y melancólicos. Por ello, en vez de celebrar la desbordante alegría del trimestre estival -que acaba de finalizar estos días-, únase, oh lector de éste nuestro humilde blog, a nosotros en espíritu, en esta fúnebre reunión de plañideros, y retocemos en el lodo (nuestra iglesia) del disgusto y la anti-diversión. Pero como no hay religión sin deidad, proponemos aquí no una, sino dos candidatas.

Por un lado -el lado humano-, tenemos a Vanessa Marcil, actriz californiana eminentemente televisiva (como así atestiguan sus reiteradas apariciones en Hospital General, Las Vegas, Sin rastro o Sensación de vivir, por mencionar las más conocidas); es más, su propia vida personal ha estado marcada por la a veces mal-llamada caja tonta. Tras un breve matrimonio con un actor juvenil de problemática madurez, Corey Feldman, tuvo un romance con Brian Austin Green, uno de los protagonistas de Beverly Hills, 90210. En esta serie, por cierto, interpretaba a una maquiavélica ex-patinadora sobre hielo -¿un guiño por parte de los simpáticos guionistas a la infame Tonya Harding?- con ganas de hacerle la vida imposible a todos los que la rodean. Aunque nunca llegaron a casarse, tuvieron un hijo al que no les quedó más remedio que bautizar como Kassius Lijah... no pregunten el porqué de ese remedio, pues aquí en Coincidencias trastornadas lo desconocemos. Posteriormente, Vanessa volvió a contraer matrimonio también con otro actor, Carmine Giovinazzo (habitual en CSI: Nueva York). Sin embargo, este matrimonio ha tenido un punto y final en el mes de marzo de este mismo año.

¿The Most Beautiful Girl
In The World?
 
A pesar de todos sus premios y candidaturas, si ha habido algo en esta menuda actriz que siempre ha saltado a la vista es su indiscutible atractivo. Ha sido portada de diferentes revistas masculinas, y suele aparecer en las listas de mujeres más atractivas del showbiz. Dicen los entendidos en la materia que fue ella la musa que inspiró al artista anterior y presentemente conocido como Prince la canción que da título a uno de suvídeos más famosos. En él, se la puede ver fugazmente como una glamurosa actriz con un ceñido vestido blanco, recogiendo una estatuilla de sospechoso parecido con el Premio de la Academia.

Sin embargo, la belleza de esta princesa de la pequeña pantalla nos ha transmitido ese sentimiento por el que apoyamos su candidatura al título de Diosa Suprema de la Atrabilis. Quizás tenga algo que ver un pasado marcado por el uso y abuso de drogas, y esa sospechosa picazón de que la bulimia que sufría el ficticio personaje de esta vegetariana en la serie donde conoció al padre de su hijo tuviera una inspiración "basada en hecho reales"... o, por qué no, su cualidad de bisnieta de Marcel Marceau, un linaje que nos pone la cara como la del propio mimo francés. Vamos, tal que así  :´(

La Marcil comparte con la otra parte -la animada- una más que evidente imagen delicada. Megara es una estupenda creación de los dibujantes de la factoría Disney: damisela de corazón roto (¡ay, esos amores ciegos!) y tobillos delicados, aparte de un peinado que seguramente inspiró a la malograda Amy Winehouse, es sin duda una de las princesitas de la casa "Walt" más originales de su historia; y nos explicamos... 

Megara -o Meg, para los amigos- aparece en un principio cautiva del centauro Neso, desagradable criatura de la mitología clásica de intenciones deshonestas, de cuyos poderosos brazos la rescatará el fortachón Hércules. Poco después descubriremos que todo aquello no fue más que una farsa, ideada por Hades, el maligno Dios de los Infiernos -al que presta su voz un locuaz, como de costumbre, James Woods-, con el que nuestra griega favorita ha hecho un pacto del que tardará en arrepentirse lo mismo que tarda en enamorarse del Héroe entre Héroes. Esta presentación ambigua la convierte en toda una femme fatale de la animación, a la altura -salvando todas las distancias que se deban salvar- de la eminente Jessica Rabbit. Sin embargo, a pesar de su apoteósico, deífico final feliz, encontramos en su mirada ese deje que la convierte también en otra perfecta candidata para el título. Dejamos en manos del lector la elección de la Gran Melancólica entre estas dos divas de la imagen. Pues lo que es nosotros, no acabamos de decidirnos.