miércoles, 18 de diciembre de 2013

La gracia está en las curvas...

... O la arruga es bella, que diría Adolfo Domínguez

El término estético de la línea de la belleza, tema sobre el que versa la entrada de este mes, fue tratado en el siglo XVIII por el artista y teórico inglés William Hogarth, quien, en su Análisis de la belleza -libro escrito "con el propósito de fijar las fluctuantes ideas sobre el gusto"- pretende desacreditar todas aquellas doctrinas compositivas de la belleza que pretendían reducir la composición armoniosa a rígidos esquemas matemáticos de proporción (vamos, tironcitos de oreja a teóricos como nuestro admirado Durero), tratando de convencernos que el trazo ondulante es la línea de la belleza porque es vista en las flores y en otras formas de tipo ornamental, y la línea serpetina añade gracia a la belleza, provocando en el ojo humano una sensación de vivacidad y dinamismo incapaz de hallarse en la línea y el ángulo rectos.

No anda precisamente escasa de vida la simpática Sra. Armario, una de las inolvidables piezas de mobiliario integrantes de la deliciosa versión animada creada por la factoría Disney a propósito del cuento de hadas clásico La bella y la bestia. Tampoco Lord Cutler Beckett, personaje antagonista del popularísimo capitán Sparrow en la saga de Piratas del Caribe, interpretado por el británico de recogidas proporciones Tom Hollander. Ambos, como puede comprobar un mediano observador, lucen sobre sus aderezadas testas ese sentido de la belleza de serena sofisticación, más adocenado que el de la época Rococó.

Por si fuera poco, estos dos personajes, a su modo, sienten en sus respectivas películas una constante preocupación por el embellecimiento. En el caso del divertido mueble, por vestir con propiedad a Bella antes de su cita con la Bestia. En el de Lord Beckett, por despejar de Port Royal -y ya de paso, de todos los mares- a esos sucios y malolientes piratas desdentados y mugrientos que componen la estentórea fauna de la saga pirata. ¿Es la influencia de la línea que perfila su cabeza lo que les trae de la ídem en su obsesión por la limpieza y la compostura? Pues no sabemos qué contestar, la verdad...

Desde este humilde blog que responde, como es su costumbre, al nombre de Coincidencias trastornadas, animamos a sus lectores, que presuponemos cinéfilos, a recuperar -o ver por primera vez- las películas de las que estos memorables personajes conforman parte importante de su casting. Quizá ellos puedan, como el vecino raruno de Kevin Spacey en American Beauty, ayudarles a valorar la belleza de la vida... tan difícil de vislumbrar en los últimos tiempos. Les aseguramos que disfrutarán al menos de un par de producciones de entretenimiento de 1ª categoría.

Y si les priva lo que ven, pidan a familiares, amigos o presidentes de comunidad que les alegren fechas tan señaladas actuando como improvisados papás noeles y les ofrendan con un par de muñequitos de plástico que representen a estos dos excepcionales personajes de reparto. Porque es que toca decirlo:

                           ¡Feliz Navidad!                         

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Good o Griffin?

Si prestan atención a la imagen que antecede a estas líneas, es probable que, como los responsables de Coincidencias trastornadas, se hayan percatado de los pequeños detalles que relacionan a estos dos personajes en principio tan dispares: peinado castaño y recatado, gafas de pasta fina y un sugerente hoyuelo en la barbilla, además del uso de una inmaculada camisa blanca. Sin embargo, la impertérrita sonrisa bobalicona a nuestra diestra no encuentra su par en el gesto grave y preocupado a mano siniestra. Si quieres conocer la razón, oh delicioso lector que has topado con esta página, por favor, continúa leyendo...

En el lado izquierdo tenemos a John Halder, personaje que interpreta un Viggo Mortensen, cuya caracterización oculta su habitual virilidad y sex-appeal, en la película Good. Estrenada en 2008, dirigida por Vicente Amorim y coprotagonizada por Jason Isaacs (el temible Lucius Malfoy), Jodie Whittaker (la revelación de discreto vuelo de Venus), Mark Strong (el malo favorito de Guy Ritchie), Anastasia Hille (la madre de la más desdichada y psicótica de todas las madrastras de Blancanieves) y Gemma Jones (la madre que parió a Bridget Ídem), la película pasó bastante desapercibida para el público por aquellas fechas, poco acostumbrado a un Mortensen tan reflexivo y tan alejado del arquetipo del action hero. El film es, a ojos de los responsables de este humilde blog, un dechado de sutileza, elegancia y sobriedad. 

Halder es un buen hombre (la palabra bueno -o good, para los amantes del V.O.- aparece varias veces en las líneas de diálogo a lo largo de su breve metraje) que capta la atención de los grandes ideólogos de la Alemania nazi tras publicar un libro en que defiende la eutanasia como una romántica demostración de amor supremo. Ni que decir tiene que las altas jerarquías del movimiento hitleriano le dan una perversa vuelta de tuerca a tan místico planteamiento. A lo largo del film, Halder será tentado por las luces y el oropel del poder nacionalsocialista, llegando a tomar una serie de decisiones -que afectarán a su mujer, a su madre, a su alumna y a su mejor amigo- las cuales le llevarán a replantearse esa supuesta bondad por la que familia y amigos tanto le encomian. Como no nos apetece desvelar mucho más, animamos al lector de estas líneas a hacerse con una copia (cuanto más legal, mejor) de esta cinta, y sea testigo de los acontecimientos que cambiarán para siempre la vida -y la sociedad- de su atónito protagonista. Aunque solo sea por disfrutar de la breve y sutil interpretación de J. Isaacs, no se la pierdan.

A la derecha nos encontramos con un famosísimo personaje televisivo: Peter Löwenbräu Griffin. Este habitante de la ficticia localidad de Quahog, en el estado de Rhode Island, vive, junto a su familia y Brian, su perro hablador, una aventura por capítulo desde mayo de 2005. La serie sigue cosechando gran éxito desde entonces, cimentado -si nos permiten ponernos algo raspas- en su similitud con el superexitazo titulado Los Simpson. De hecho, la crítica habitual que ha recibido la serie desde su estreno ha sido precisamente la de su más que sospechoso parecido con el esquema argumental de la mítica serie creada por Matt Groening. Para los pocos que aún no hayan visto un solo capítulo de esta sitcom animada, y sienten curiosidad por la personalidad del padre de familia, se la resumiremos en dos palabras: Homer Simpson. Dicho de otro modo, el retrato de un personaje de poca o nula inteligencia, con un estilo de vida amoral, absurdo o decididamente dadaísta, para entretenimiento de un respetable con humor más ácido, cafre y pasotero de lo habitual. De hecho, puestos a demostrar parecidos, lo resumiremos en esta sencilla ecuación:

                                         Padre de familia = Los Simpson + South Park

Sus polémicas con organizaciones para la lucha contra el SIDA o en defensa de los judíos, o directamente con la misma población canadiense, atestiguan el gusto de los responsables de esta serie (creada por Seth MacFarlane, presentador de la pasada entrega de los Premios de la Academia) por tocar las narices a todo perro pichichi.

Con un planteamiento así, está bien claro que Mr. Griffin no soporta el peso de la culpa y el remordimiento más genuinamente humanos que padece Herr Halder. De ahí se infiere su sempiterna mueca de alegría, tan estúpida... tan envidiable. Pero no queremos ponernos muy moralistas; despidámonos con un guiño al humor más campestre, inspirado por la barbilla de los protagonistas de nuestra entrada:


  

miércoles, 23 de octubre de 2013

Caniches del Universo

La entrada de este mes está dedicada al gremio de los peluqueros, hadas madrinas cuya varita mágica nos concede el milagro de que, cada vez que nos miramos al espejo, nos veamos más guapos y estilizados de lo natural. De hecho, proponemos a nuestros lectores -de lo más fashion en el mundo de la blogosfera, nos consta- este coqueto peinado de amplio tupé frontal, aderezado con una larga melena cubreorejas del color de la nieve, ideal para reflejar los espectros multicolores de las luces de neón. Quién sabe, quizá consigamos crear tendencia para esta temporada. Otra opción sería la de presentar nuestra solicitud de membresía en el club de fans de Dolly Parton. ¡Éxito garantizado!

Centrándonos en el primer protagonista de nuestra entrada, Karg, diremos que es un ser (no se nos ocurre otro sustantivo), procedente del planeta Eternia; no solo un bichejo más entre la fauna que habita la adaptación cinematográfica de las aventuras y desventuras de He-Man en Masters del Universo, sino el jefe de las hordas de Skeletor al lado de la maligna Evil-Lyn (interpretada por una de las actrices más perturbadoras del cine americano de los 80, Meg Foster). Como curiosidad, en esta película Dolph Lundgren no solo salvaba la vida de una juvenil Courteney Cox, sino que también conseguía hacer que recuperara a sus padres fallecidos... Pero, no preocuparse, no nos referimos a sus cadáveres, sino a unos padres vivitos y coleando.

La aventura principal del héroe de Mattel© y sus compañeros en el film consiste en salvar al planeta Tierra de la destrucción de Skeletor, quien, mira tú por dónde, a pesar de vivir tan lejos de nosotros, tiene la intención de acabar con la humanidad entera. Caprichos de la maldad... Nuestro querido extraterrestre consigue ser el villano más chic de la función (y mira que tenía competencia) con su larga pelambrera. De hecho, bien podría ganar un premio en alguno de esos concursos en los que suele participar el otro protagonista de nuestra entrada...  

Para rastrear el origen del caniche no hace falta salir del globo terráqueo. Simplemente hay que darse un garbeo por Alemania, donde era conocido como Pudelhund, aunque es en Francia donde se desarrolla como perro de aguas -para los menos informados, es ese perro que recupera la presa de caza que cae en riachuelos o estanques.

El arte ha inmortalizado a este animalito doméstico tan estiloso. Durero reprodujo su imagen entre los siglos XV y XVI, y Goya demostró en pleno siglo XVIII que era el animal de compañía favorito de la aristocracia española. Vamos, que el caniche ha sido de siempre canela fina. Y en el terreno de las letras, el mismísimo Mefistófeles se aparecía por primera vez bajo la forma de un caniche negro en el Fausto goethiano. 

Como decíamos unas líneas más arriba, su elegancia natural le ha granjeado convertirse en campeón de numerosos concursos de belleza canina; y sus ávidos dueños les hacen pasar por peluquería (y, en algunos casos, tintorería) para lucir diferentes looks de lo más atrevido y sofisticado. ¡Todo sea por el triunfo, decimos en Coincidencias trastornadas, bien sea en el mundo de la moda o en el de la estrategia por la conquista de otros planetas!

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Languidez clásica


La llegada del otoño nos pone, pues no nos gusta llevarles la contraria a los poetas y poetastros que han salpicado el mundo, tristes y melancólicos. Por ello, en vez de celebrar la desbordante alegría del trimestre estival -que acaba de finalizar estos días-, únase, oh lector de éste nuestro humilde blog, a nosotros en espíritu, en esta fúnebre reunión de plañideros, y retocemos en el lodo (nuestra iglesia) del disgusto y la anti-diversión. Pero como no hay religión sin deidad, proponemos aquí no una, sino dos candidatas.

Por un lado -el lado humano-, tenemos a Vanessa Marcil, actriz californiana eminentemente televisiva (como así atestiguan sus reiteradas apariciones en Hospital General, Las Vegas, Sin rastro o Sensación de vivir, por mencionar las más conocidas); es más, su propia vida personal ha estado marcada por la a veces mal-llamada caja tonta. Tras un breve matrimonio con un actor juvenil de problemática madurez, Corey Feldman, tuvo un romance con Brian Austin Green, uno de los protagonistas de Beverly Hills, 90210. En esta serie, por cierto, interpretaba a una maquiavélica ex-patinadora sobre hielo -¿un guiño por parte de los simpáticos guionistas a la infame Tonya Harding?- con ganas de hacerle la vida imposible a todos los que la rodean. Aunque nunca llegaron a casarse, tuvieron un hijo al que no les quedó más remedio que bautizar como Kassius Lijah... no pregunten el porqué de ese remedio, pues aquí en Coincidencias trastornadas lo desconocemos. Posteriormente, Vanessa volvió a contraer matrimonio también con otro actor, Carmine Giovinazzo (habitual en CSI: Nueva York). Sin embargo, este matrimonio ha tenido un punto y final en el mes de marzo de este mismo año.

¿The Most Beautiful Girl
In The World?
 
A pesar de todos sus premios y candidaturas, si ha habido algo en esta menuda actriz que siempre ha saltado a la vista es su indiscutible atractivo. Ha sido portada de diferentes revistas masculinas, y suele aparecer en las listas de mujeres más atractivas del showbiz. Dicen los entendidos en la materia que fue ella la musa que inspiró al artista anterior y presentemente conocido como Prince la canción que da título a uno de suvídeos más famosos. En él, se la puede ver fugazmente como una glamurosa actriz con un ceñido vestido blanco, recogiendo una estatuilla de sospechoso parecido con el Premio de la Academia.

Sin embargo, la belleza de esta princesa de la pequeña pantalla nos ha transmitido ese sentimiento por el que apoyamos su candidatura al título de Diosa Suprema de la Atrabilis. Quizás tenga algo que ver un pasado marcado por el uso y abuso de drogas, y esa sospechosa picazón de que la bulimia que sufría el ficticio personaje de esta vegetariana en la serie donde conoció al padre de su hijo tuviera una inspiración "basada en hecho reales"... o, por qué no, su cualidad de bisnieta de Marcel Marceau, un linaje que nos pone la cara como la del propio mimo francés. Vamos, tal que así  :´(

La Marcil comparte con la otra parte -la animada- una más que evidente imagen delicada. Megara es una estupenda creación de los dibujantes de la factoría Disney: damisela de corazón roto (¡ay, esos amores ciegos!) y tobillos delicados, aparte de un peinado que seguramente inspiró a la malograda Amy Winehouse, es sin duda una de las princesitas de la casa "Walt" más originales de su historia; y nos explicamos... 

Megara -o Meg, para los amigos- aparece en un principio cautiva del centauro Neso, desagradable criatura de la mitología clásica de intenciones deshonestas, de cuyos poderosos brazos la rescatará el fortachón Hércules. Poco después descubriremos que todo aquello no fue más que una farsa, ideada por Hades, el maligno Dios de los Infiernos -al que presta su voz un locuaz, como de costumbre, James Woods-, con el que nuestra griega favorita ha hecho un pacto del que tardará en arrepentirse lo mismo que tarda en enamorarse del Héroe entre Héroes. Esta presentación ambigua la convierte en toda una femme fatale de la animación, a la altura -salvando todas las distancias que se deban salvar- de la eminente Jessica Rabbit. Sin embargo, a pesar de su apoteósico, deífico final feliz, encontramos en su mirada ese deje que la convierte también en otra perfecta candidata para el título. Dejamos en manos del lector la elección de la Gran Melancólica entre estas dos divas de la imagen. Pues lo que es nosotros, no acabamos de decidirnos.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Voodooball

Regresamos tras un largo paréntesis -aunque, ¡lástima!, sin patrocinio alguno de una poderosa marca de chocolatinas- con, como no podía ser de otra forma, una nueva coincidencia que nos trastorna e inquieta, y que pueden observar según leen estas letras, a mano derecha. Toda una pareja de siniestros bajo el sombrero de copa.

La parte izquierda de la imagen la ocupa Dennis Rodman, polifacético señor que ha sido pistón, espuela, toro, lagunero y disidente... Vamos, que jugó en los equipos Detroit Pistons, San Antonio Spurs, Chicago Bulls, Los Angeles Lakers y Dallas Mavericks. Después de una infancia marcada por el racismo y una timidez enfermiza, vivió un frustrado intento de suicidio en 1993. Tras experiencia tan traumática, Rodman decidió reinvertarse cual Madonna -con la que parece ser mantuvo un affair que la propia reina del pop calificó de "decepcionante"-, jugando constantemente con chocantes cambios de look que le convirtieron en el ala-pívot más cabaretero de la historia de la NBA, y confirmaron a estos dos metros de señor como todo un showman que llegó a batirse junto a Hulk Hogan en alguna que otra sesión de wrestling. Uno de sus mayores momentazos fue presentar su autobiografía (con el sugerente título de Bad As I Wanna Bevestido de novia. That's entertainment! Y hablando de entertainment... su segunda esposa fue la explosiva starlette Carmen Electra (cuya unión se celebró en la ciudad más luminosa de todo el estado de Nevada, Las Vegas), un matrimonio salpicado por apariciones estelares del cuerpo de policía que duró menos de un año. La estabilidad no ha sido el fuerte de Rodman, pues su siguiente matrimonio fue un constante ir y venir que duró más de trece años. Pero, ¿existe algo constante en el mundo del showbusiness

Es probable que lo más agradecible de su participación en la película Double Team fuera su nómina de dos millones de dólares, pues los 3 premios Razzie que le llovieron aquel año no contribuyeron a que pudiera labrarse una interesante carrera como actor bajo las órdenes de Woody Allen, Clint Eastwood o Martin Scorsese, sino más bien arrastrar su fibrado culo por productos dignos de los creadores de Gran Hermano, llegando incluso a ofrecer al mundo -televisión por cable mediante- el proceso de rehabilitación de sus problemas con el alcohol. 


¿Quién ha hablado de pactos
con el Diablo?
No sabemos a ciencia cierta si el Sr. Rodman comparte con el co-protagonista de esta entrada, el Dr. Facilier, un vivo interés por los asuntos sobrenaturales, pero de acuerdo con la imagen que ofrecemos aquí a la izquierda podemos intuirlo. Por su parte, el talentoso doctor en magia negra -que interpreta el significado de las cartas de tarot por medio de rimadas canciones (vibrantes en la poderosa garganta del actor Keith David)- posee, al igual que Dennis, un gusto peculiar en la elección de outfits para sus apariciones públicas aparte de una evidente talla extra-alta, aunque al Hombre de las Sombras -como es conocido en la ciudad de Nueva Orleans que retrata Tiana y el sapo- le faltan, como diría mi abuela, un par de cocidos.

Sus tratos con las almas siniestras del otro mundo conllevan unos problemillas que no vamos a desvelar aquí, puesto que no somos dados al spoiler gratuito; solo advertiremos a los lectores de este humilde blog que si van a practicar el vudú con la intención de encantar al príncipe de un país imaginario para convertirle en rana y así apropiarse de sus riquezas, con la consiguiente aventura que conlleva que una camarera obcecada en abrir un restaurante -pues era el sueño de su difunto padre-, pacte con el príncipe un arreglo para conseguir sus propósitos, llevando a cabo un delicioso viaje aderezado con canciones de Randy Newman a través de los tenebrosos pantanos de Louisiana, lleno de peligros de los que siempre saldrán airosos, y que les llevará a descubrir el amor por primera vez, cantar, bailar, besarse, casarse, volver a besarse, desencantarse, cumplir sus sueños y ser felices para siempre... cuidado entonces (pausa para tomar aire), no vayan a acabar raptados por una temible patrulla de sombras (al más puro estilo Ghost, más allá del amor) y lanzados a las simas del infierno, donde sufrir el tormento de las brasas por toda la eternidad.

Nosotros nos limitamos a advertir. Por si las flies.

miércoles, 30 de enero de 2013

Lady DopPler


¡Se acercan los carnavales! Desde Coincidencias trastornadas no queremos dejar pasar la ocasión de recomendar a aquellos que aún no se han decantado por un diseño en particular -y que no están dispuestos a continuar la falta de imaginación que padecen l@s diablill@s, vampir@s y demás fauna que pulula las calles por estas fechas-, una original elección la mar de especial: el disfraz de efecto Doppler. Hasta la mismísima Lady GaGa ha caído rendida a sus pies. Pero… ¿de qué trata exactamente ese efecto Doppler?, se preguntarán algunos. Sigan leyendo si quieren despejar la duda de una vez por todas.

Pues el efecto Doppler es… un chisme que… estoooo… a grandes rasgos (que aquí somos todos de letras) se refiere al cambio de frecuencia de una onda sonora producido por el movimiento de la fuente del sonido con respecto al que lo escucha (¡Mil gracias una vez más, Wikipedia!). Buen ejemplo práctico es el paso de una ambulancia o el de un coche de policía con la sirena a toda caña. ¿A que todos hemos sufrido ese efecto en nuestros tiernos oídos? Pues los que lo desconocían ya pueden ponerle nombre, que se debe, como se puede suponer, al teórico, austriaco él, que formuló la idea por primera vez.

La razón principal de la popularización de esta teoría entre las masas menos ilustradas (comme nous, mes frères) se debe a la teleserie “Big Bang”, que ha supuesto una de las sorpresas más agradables que nos ha deparado en los últimos tiempos ese género tan sobado él que responde al blending de sitcom. Su gran hito ha sido el de convertir en protagonista al personaje tipo que hasta ahora siempre tenía como labor la de ser un triste secundario: el friki (geek o nerd son otros sinónimos más internacionales, for your consideration). Sheldon Cooper, el más raro de sus protagonistas, es la quintaesencia del frikismo, hasta tal punto que en algunos capítulos de la serie se ha apuntado la idea de si realmente no se trata de un ente extraterrestre cuya familia dejó olvidado en el planeta Tierra. Algo así como una versión de E.T. más resabida y mucho menos conmovedora, por no decir abiertamente desagradable alcanzando límites extraordinariamente inaguantables.

Como decíamos unas líneas más atrás, la serie nos cuenta en cada capítulo, cual madre de Forrest Gump (“de manera que lo podamos entender”) teorías científicas de lo más complejas. Una de ellas es este ahora archiconocido efecto Doppler, en cuyo capítulo Sheldon aparecía disfrazado del mismo (no pensar, mentes no avisadas, que se trata de un código de barras).

Parece ser que la reina de la extravagancia pop, la gran Germanotta, muy dada ella al vestuario insólito, tomó buena nota del doctor Cooper, y no pensó en mejor manera de acompañar a Mick Jagger en el escenario el pasado mes de diciembre que ir vestida de efecto Doppler y aullar juntos el inmortal "Gimme Shelter". Un momentazo así merecía un uniforme como ese. Animamos desde aquí a nuestros lectores a apuntarse a la moda del Doppler. ¡Se impone, amantes de lo más in, se impone!